En la actualidad los caninos han tomado un lugar especial en nuestra vida, e incluso los hemos llegado a llamar “perrhijos”. La fidelidad y el amor que ellos nos proporcionan, nos han invitado a tratarlos con tal familiaridad, que hasta les celebramos sus cumpleaños, los sentamos a la mesa, dormimos con ellos en nuestra cama, les traemos regalitos de nuestros viajes y les hablamos como si fueran personas.
En temporadas festivas como Halloween por ejemplo, reflexionamos acerca de si debemos o no disfrazarlos y aquí traemos las opiniones de los expertos al respecto. Hay dos posturas opuestas. En todo caso, lo importante es hacer que sean felices y no forzarlos a estar incómodos.
Según el artículo “Tratar a un perro como un ser humano también es maltrato animal”, publicado por la revista Semana en mayo de 2016, César Millán (el famoso experto en caninos) explica que incluso con buenas intenciones podemos afectar a las mascotas: “No se están tomando en cuenta las necesidades del animal. El ser humano se ha enfocado en ser profesional y no en tener familia. Por eso quieren llenar ese vacío con los animales. Pero los animales se sienten incompletos porque no son seres humanos y tienen otras necesidades físicas y psicológicas”.
También un grupo de estudiantes de la Facultad de Veterinaria de la Universidad del Nordeste (UNNE) en Argentina, explica que exponer las características humanas en los animales puede provocar que nuestros amigos peludos lleguen a ser inmanejables. Tratar de forzarlos a situaciones no naturales o incómodas, puede hacerlos caer en cuadros de ansiedad, miedo, agresividad y depresión.
Por otra parte están los que insisten en ver a las mascotas como personas, o peor ¡como juguetes! y los conducen a situaciones forzadas, sin tomar en cuenta sus características reales.
El punto medio para lograr una experiencia divertida en el tema de Halloween y los disfraces, es seguir algunos consejos, para no generarles incomodidad alguna y que ellos también puedan disfrutar esta festividad:
Debemos evitar a toda costa los trajes y/o elementos que obstruyan la nariz, los ojos y las orejas de nuestro perrito.
No usar prendas muy pesadas o abrigadas ya que nuestro peludito se sentirá sofocado y probablemente tendrá dificultad para respirar.
Evitar el uso de trajes y/o accesorios muy ajustados o incómodos, ya que esto les provoca estrés e inseguridad.
Si ves que tu mascota se molesta, rasca, desespera o intenta quitarse el disfraz, libéralo inmediatamente. Esto podría generarle traumas.
Si tu peludo se paraliza, se aparta, baja la cola y las orejas o deja de comportarse como normalmente lo hace por el uso del disfraz, es una muy mala señal que te indica que debes retirarlo de inmediato.
Ahora bien, si deseas disfrazar a tu amigo en esta temporada y lo logras de manera simpática y cómoda para él, puedes hacerlo sin problema. Tu única limitación es su bienestar y la certeza de que la estará pasando tan bien como tú.
¿Qué opinas al respecto? Cuéntanos en los comentarios.
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